"A Venerable Orang-outang"
The Hornet Magazine: "A Venerable Orang-outang" (22 de marzo de 1871) |
En el libro La gaya ciencia, publicado en el año 1882, un personaje declara la muerte de Dios después de buscarlo con una linterna en todas partes y no encontrarlo. Nietzsche consideraba que creer en Dios en su época era un insulto a la razón. El motivo fundamental era que la teoría de la evolución y la selección natural de Darwin puso en jaque el Argumento del Diseño -la perfección del ser humano y la vida que nos rodea ha tenido que ser necesariamente trazada por Dios-, poniendo de relieve que no sólo venimos del mono, sino que el proceso evolutivo que nos ha llevado a ser lo que somos ha sido impersonal y salvaje: sólo los fuertes y los que se han adaptado al medio han sobrevivido lo suficiente para perpetuarse y evolucionar.
Al mismo tiempo, debido a esta teoría y a los vestigios geológicos y paleontológicos, se empezaba a tomar conciencia de que para que estos procesos tuviesen lugar la antigüedad de la Tierra tenía que ser mucho mayor de los hechos narrados en el Génesis. Ahora sabemos que desde que nuestro planeta empezó a formarse han pasado cerca de 4550 millones de años, y que el 99% de las especies que lo han habitado durante este tiempo se han extinguido o evolucionado hasta dar lugar a otras formas de vida muy diferentes.
Es muy difícil imaginar los pensamientos que pasarían por la mente de las personas de aquellos tiempos, en los que la religión y sus dogmas eran pilares básicos de la sociedad. ¿Qué clase de Dios diseñaría a sus criaturas para dejar que desaparezcan a merced de los avatares del azar? ¿Cómo puede el ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, tener un origen irracional?
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