Cicerón denunciando a Catilina
Cesare Maccari: Cicerón denunciando a Catilina (1880-1888) Fresco. Palazzo Madama, Roma Quo usque tandem abutere, Catilina, patientia nostra? ¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia? En el año 63 a.C., poco después de la lucha entre Mario y Sila y antes de los dos triunviratos que desembocarían en el Imperio, nos encontramos ante uno de los episodios más relevantes de la República romana. Lucio Sergio Catilina, endeudado tras perder uno de los puestos de consul por segundo año consecutivo, comenzó a planear, junto a otros ciudadanos de buena familia en su misma posición y las gentes descontentas de la ciudad, una conjura contra sus acreedores y las más altas figuras políticas, llegando a decir en su correspondencia que en su revolución harían arder la propia Roma. Marco Tulio Cicerón fue el que obtuvo el cargo de primer consul. A sus oídos llegaron susurros del complot que se preparaba, y gracias a ellos pudo evitar un intento de asesinato el 7